La lucha de Margarita e Irene –como la de toda madre e hija que conviven bajo un mismo techo- por tener el armario ordenado fue, durante más de 20 años, su pan de cada día. Para solucionar el problema decidieron abrir, en el año 2009, un armario más grande donde todo pudiera tener cabida: El Armario de Irene.
Su primera tienda, situada en el barrio de Les Corts, fue todo un éxito en el vecindario y pronto empezó a conocerse como ‘la tienda que cada día tiene algo nuevo’.
Tres años más tarde, El Armario de Irene llegaba también a la Avenida de Sarrià, con la misma filosofía y apostando por el low-cost del pequeño comercio de barrio, siempre con estilo y siguiendo la tendencia marcada por las grandes firmas.
En definitiva, una prueba irrefutable de que no hace falta gastar mucho para ir bien vestida.